¿Eres de los que lees los términos y condiciones?
Terminas la fase de registro, has puesto usuario, contraseña y has pulsado el habitual “siguiente”. Foto de perfil perfecta, biografía molona lista y cuando a vas a empezar la configuración… Ahí va.. Una ventana con un texto larguísimo, con la opción de aceptar o no, los desconocidos “términos y condiciones“. Si, desconocidos, porque pocos, poquísimos, son los que se enfrentan a la dura tarea de leer ese aburrido pero vital documento.
Casi sin pensar y como acción automática pulsas la casilla de aceptar. Esa información pasa sin pena ni gloria, aún y cuando estamos cediendo a un desconocido información de gran valor. Son contados los que saben qué dice y menos aún los que se acuerdan de él mientras hacen uso frecuente e indiscriminado de la red social. Fotos con la familia, del reciente cumpleaños, en la fiesta del trabajo, en las vacaciones, selfies, fotos artísticas o profesionales, más selfies, imágenes del almuerzo o de los cócteles del fin de semana… En fin, toda una vida volcada en la red deliberadamente.
Y acaso ¿sabes que esas fotos ya no te pertenecen? Acaso ¿sabes que estás dando tu consentimiento expreso para el uso de la imagen con fines comerciales y quién sabe para qué mas?
Pues si, ese extenso documento de términos y condiciones lo establece y en el preciso momento en el que aceptas has perdido el control del contenido, por lo que el uso de imágenes y demás publicaciones es libre.
Ante cualquier problema por manejo indebido o manipulación de la imagen se está completamente indefenso y sin posibilidades de establecer acciones legales por derecho de autor. En este punto hablamos de responsabilidades compartidas: del propietario de la red por condicionar su uso a cambio de ceder los derechos y de nuestra parte por aceptar. En estos casos pecamos por desconocimiento y en términos legales eso no es justificación y mucho menos argumento válido para reclamos formales.
Por ello, os dejamos los fragmentos alusivos al contenido que establecen las redes sociales más utilizadas y que deberíamos mirar con lupa….
“…para el contenido protegido por derechos de propiedad intelectual, como fotografías y vídeos…nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook (…) finaliza cuando eliminas tu contenido de PI o tu cuenta, salvo si el contenido se ha compartido con terceros y estos no lo han eliminado”.
Es claro y no da lugar a reclamos. Consideración importante: el punto de “licencia no exclusiva, transferible y con derechos de sublicencia” una vez se publica, Facebook puede usarla o cederla a cualquier persona, empresa o agencia.
“…usted concede a Twitter una licencia mundial, no-exclusiva y gratuita (así como el derecho de sub-licenciar) sobre el uso, copia, reproducción, procesamiento, adaptación, modificación, publicación, transmisión, exposición y distribución de tal Contenido a través de cualquier medio o método de distribución presente o futuro”.
“Al mostrar o publicar cualquier Contenido en o a través de los Servicios Instagram, usted otorga a Instagram una licencia mundial limitada no exclusiva, totalmente pagada y libre de royalties, para usar, modificar, borrar, añadir, presentar públicamente, mostrar públicamente, reproducir y traducir dicho Contenido, incluyendo la distribución ilimitada de una parte o de la totalidad de la web en cualquier formato y a través de cualquier canal de comunicación, a excepción del contenido no se comparta públicamente (“privado”), que no será distribuido fuera de los Servicios de Instagram”.
En este caso, al ser una red basada en la publicación de imágenes, el derecho de uso, explotación y difusión cobra aún más relevancia y son más explícitos a la hora de reforzar la cesión.
Pinterest es más de lo mismo y amplía la posibilidad de uso a los usuarios de la red, con lo cual, se pierde absolutamente el control sobre lo publicado.
En el caso, de la difusión de contenido inapropiado y que vulnera la integridad de un tercero, puede ser denunciado a la red social para que sea retirado, sin embargo, sigue bajo su propiedad.
Ya no hay excusa, si se quiere proteger determinado contenido, no se desea perder el derecho patrimonial de la imagen y el autor quiere explotarlo con fines comerciales; la opción es no publicarlo en una red social y apostar por otro tipo de plataformas de difusión y promoción
Para aquellos que son activos en las redes, la recomendación es leer los términos y condiciones. No es cuestionable la visión altruista de apostar por el uso y consumo colaborativo de contenido, de hecho, creemos en ello. Sin embargo, no está de más saber a ciencia cierta qué se consiente y qué no.
Y es que si bien el entorno digital es ahora el espacio idóneo para compartir conocimiento, información y talento, es vital conocer lo que sucede una vez se libera el contenido a la red y se comparte en una comunidad virtual.
¿Os habéis visto afectado por mal uso de alguna imagen? ¿Vuestras fotos han sido utilizadas con fines comerciales?
Por: Lisbeth Calzadilla Meré