No lo llames amor ... Llámalo comunicación

Lo llaman amor líquido y trato de entender por qué. ¿Será porque se diluye? Pero ¿se diluye qué? No es amor lo que encuentras en la red, es sólo eso, un encuentro que cambia de espacio, del físico al virtual, cambia la forma de interacción y se adapta al dispositivo que actualmente controla nuestro día a día. Ha pasado del pub al smartphone y está sujeto a las limitaciones de tiempo y a la dinámica abrumadora en la que estamos imbuidos.

Este concepto fue creado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman para hacer referencia a la fragilidad de los vínculos humanos y para describir el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad. Luego, se ha puesto en boca de todos en estos tiempos en los que el "el ligoteo" en la red está a tiro de móvil.

No vamos a contravenir a los teóricos, de hecho, estamos de acuerdo. Sí, el contacto se hace más frío. Sí, el intercambio es menos comprometido, pero no por ello deja de serlo, simplemente se adapta al medio y en tanto es virtual y cuasi anónimo, se enfría. Pero vayamos al punto y miremos el proceso basados en la necesidad de comunicarse y de establecer contacto, que es la motivación -en la mayoría de los casos al menos- por las que se decide configurar un perfil en estas aplicaciones como Happn, Tinder, Lovoo, Meetic, Ok Cupid y afines.

Atendiendo a los fundamentos básicos de la comunicación hay un emisor, un receptor, un mensaje y un medio a través del cual se emite. Maneja sus propios códigos y responde a la inmediatez, característica inherente al dispositivo.

Ya lo decía Marshall McLuhan el medio, entendido como una extensión del cuerpo humano, es el mensaje. Entonces, como no pensar que el smartphone es determinante en el modelo de comunicación que se establece en la red. Tan importante es lo que se dice como el medio a través del cual se dice, son una dupla indivisible y es innegable el poder del dispositivo para modificar el curso y el funcionamiento de las relaciones y las actividades humanas.
Más aún ahora que vivimos en la llamada era digital, donde la despersonalización es lo habitual.

Retomando el punto del online dating, que sea real, honesto, calculado y hasta adictivo, eso ya es otro tema, mas subjetivo, que responde a juicios de valor, cultura, entorno y psicología del comportamiento. Un análisis sociológico, interesante también, pero que no es el objetivo de este post.

Ahora bien, que el proceso se desvirtúa y deshumaniza, probablemente; pero en este punto intervienen el emisor y el receptor como agentes principales en el proceso comunicativo. El modelo es el mismo que conocemos desde antes de que llegara la llamada era digital. Cambia el medio y en consecuencia el mensaje, pero el proceso es el mismo. Simplemente atendemos a un comportamiento necesario y profundamente humano de adaptación al entorno, superando así la resistencia al cambio. Ya lo hemos dicho hay que renovarse o morir.

No obstante, renovarse no significa aislarse ni eliminar de un plumazo métodos clásicos de comunicación. Simplemente es un medio más, una alternativa de comunicación más para relacionarnos y que es el resultado de la vida digital en la que estamos sumergidos; que ha dejado de ser una moda y que ya forma parte ineludible de nuestra vida diaria. Es innegable que va minando cada vez más nuestros espacios y que convive de forma natural con los otros medios y dispositivos.

Se trata de integrarlos de modo que coexistan en un entorno físico y humano. Hay un participante nuevo en el juego: el entorno digital y hay que asumirlo como tal.

Integración de medios y apertura a nuevas alternativas. Al final, es naturaleza humana comunicarnos, nunca dejaremos de hacerlo y de una u otra forma buscaremos los medios para llevarlo a cabo. Es un proceso dinámico que de forma automática se adapta a las exigencias del entorno y de un mercado en constante movimiento y evolución.

No lo llames amor... Llámalo comunicación.